sábado, 21 de junio de 2014

Capitulo 5= Sally Acorn

 

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Luego de una conversación alegre, donde me pude dar cuenta de que esas personas son muy especiales, energéticas y que parece nunca aburrirse, se me hacía tarde y tenía que regresar a mi hogar. Con una cara triste les dije:

- Muchas gracias por todo. Son personas increíbles. Un gusto magnífico en conocerlos, pero, es hora de retirarme. Se me hace tarde, y no puedo andar sola por la calle de noche. – Dije, con tristeza. No quería irme.

- … ¿Te tienes que ir? … – Pensó, Sonic. – Esta bien. No hay problema. ¿Te acompaño?

- ¡N-no hace falta! ¡Tranquilo! – Dije, tratando de que se quede.

- Por mi no hay problema. – Se levantó y tomo mi mano. Caminó en dirección a la salida.

- ¡Pero! ¡Un gusto! ¡Nos vemos mañana! – Dije mientras, Sonic me jalaba. Me abrazó y siguió caminando.

Un rato después, andábamos por medio camino y estaba algo cansada. Sonic lo notó, me miraba muchas veces reojo.

- ¿Acaso tengo algo en la cara? – Pregunté.

- Te ves algo cansada… – Dijo mientras me miraba, con sus ojos medio abiertos. Muy sensual. – ¿Te cargo?

- ¡No hace falta! ¡Ah! – Sonic me levanto, me carga estilo nupcial. – Te gusta tomar tus propias decisiones ¿cierto?

- Algunas veces. Cuando sea necesario. – Respondió.

- Y… ¿Ahora era necesario…? – Dije.

- … – Solo siguió caminando con su mirada al frente.

Las nubes se tornaron en un profundo oscuro, las estrellas se divisaron en el cielo, brillando felizmente, esperando a que saliera el sol, esperando a que llegara un nuevo amanecer. Y, aunque siempre las nubes se tornan de ese color y las estrellas aparecen todos los días en una determinada hora, temprana o tarde, esa fue la noche más bella que pude ver. Porque no lo pase sola, como solía pasarla. No pase esa noche infeliz como casi todos los días, sin alguien con quién conversar o con quién reír… Todo el día me estuve preguntando, que si lo que paso hoy fue cosa del destino, o fue solo suerte. Mi vida era un desastre. Conocí gente que vive con buenas venturas, con risas y con momentos difíciles. Pero… Viven sus momentos.

- Sonic… Gracias. – Agradecí.

- ¡No hay de qué! – Respondió. – Para eso existen las personas. Para siempre tener un amigo, en tu corazón. – Guiñó su ojo.

- Jejeje… Ve con cuidado, ¿vale?

- De acuerdo. ¡Adiós! – Dijo, mientras se daba la vuelta y empezaba a correr…

 

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Poco a poco se fue adentrando en la ciudad que lo rodeaba. Caminó hacia aquel gran castillo que se encontraba en las afueras de la ciudad, no muy lejano de donde yo vivía. Mientras yo me quedaba allí, viendo como lo hacía. Hasta que hubo un momento en el que no lo pude seguir viendo más. Las luces de mi vecindario se apagaban una tras otro. En tanto, yo aún seguía en la puerta.

Cuando estaba a punto de cerrarla  para poder al fin irme a dormir, escuché gritos de auxilio no muy lejos… Alguien… Alguien está en problemas. ¿Será malo ir a ver qué sucede? Salí de la casa y cerré la puerta con llave, salí del jardín y me dirigí hasta donde provenían esos gritos desesperados. Llegué a un callejón sin salida, sucio, impúdico. Con muchos cestos de basura que parecían estar allí por años… Supuse estar sola, pero, no lo estaba. En un rincón oscuro que se encontraba, había una pobre mujer que estaba siendo agredida por un hombre. No sabía que hacer, no estaban mirándome. ¿Escapo o ayudo a la mujer?

- Ah-ah-ah… ¡O-o-oye tú! – Dije tratando de salvar a la mujer. Mierda, ahora estoy metida en este lío. – ¡Oye tú, deja a la chica en paz!

- ¿Ah? – El chico se dio la vuelta, me miró. Era aterrador, no sabía que hacer, no sabía como era él. – ¿Que quieres, entrometida?

- ¿¡Que le haces a esa chica!? – Dije, completamente asustada.

- … Solo nos divertíamos un poco. ¿Quieres unirte? – Preguntó.

- ¡Maldito descarado! ¡Déjala en paz!

- ¡Tranquilízate! ¡No te metas donde no te llaman! – Dijo, algo molesto.

- ¡Lla-lla-llamaré a la policía!

- ¡No eres capaz! ¡No lo harás!

- … – Estaba temblando, completamente asustada. La pobre mujer era un ardilla, con su ropa completamente rasgada. – Oye… ¿Estas bien, chica? – Pregunté, me interesaba saber como estaba.

- N-n-no… – Dijo moviendo su cabeza de lado a lado. – Ayúdame por favor…

- ¡Eres un maldito abusador! ¡Nunca vuelvas a hacer eso! – Estaba que echaba humo. Muy molesta con el chico. Caminé hasta donde la ardilla. – Oye… ¿Como te llamas chica? – Me agaché y le di la mano para echarle una mano.

- Sally. Sally Acorn. – Respondió.

- Lindo nombre, Sally. Soy, Amy. Amy Rose. – Logró levantarse. – ¿Estas bien, Sally?

- N-no…

- Ven. Vamos a mi casa. – La invité.

- Esta bien… – Asintió.

- ¡OYE! ¡Tú no te vas! ¡Aún no terminamos! – El chico se lanzó sobre, Sally.

- ¡Sally! ¡Sally! ¡Ahhhhh! – Sally quedó inconsciente. ¡Pobre chica! – ¡Ya verás! – Mágicamente, un martillo gigante se encontraba en mi mano. Tenía grabado, “Piko Piko Hammer”. – Woooow. Genial. – Quedé asombrada con el martillo. Pero, no solo apareció ese martillo. ¡también cambie de ropa! Un vestido rojo con botones dorados de un lado, y cinta amarrada en toda mi cintura. (Sonic Boom)

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- ¿Por qué estoy vestida así? – Me pregunté. Aunque admito que me siente muy bien. – ¿Ah…? – El chico estaba viéndome…

- ¿Como hiciste eso? ¡Mas razones para hacerlo contigo!

- ¿QUE? – Me enfurecí. – Le di un golpe con el martillo y quedo tirado en el suelo. – ¿En serio soy tan fuerte? ¡Esto es genial!

- ¿Co-c-como hiciste eso?

- Si lo supiera te lo diría. Adiós. Y será mejor que no te vuelva a ver abusando de chicas. – Tomé a Sally y me fui a mi casa…

Cuando llegamos a casa, acosté a Sally en el sofá. Aún estaba inconsciente. Pobre chica, se le veia todo el cuerpo, abusaron de ella. ¿Que podría ser peor? Mágicamente, volví a mi ropa normal. Pero, el martillo se quedo en mi mano.

- Piko Piko Hammer ¿Eh? – Dije observándolo. – Mañana iré a la biblioteca. ¿Sally? ¿Sally?

- ¿Ah? ¿Como llegué hasta aquí? – Dijo.

- Yo te traje. – Respondí.

- Y, ¿el chico? – Preguntó.

- … Se rindió. Dijo que no valía la pena, se fue. – mentí T-T

- Aw… Mi cuerpo. ¡Me arde!

- ¿Por qué no te vas a dar un baño? ¡Te puedes poner mi ropa! Así te sentirás mejor. – Le sugerí.

- Si no es molestia. – Dijo.

- Por mi no hay problema.

 

CONTINUARA.

Bueno, desde aquí comienza, Sally. Espero que les haya gustado este cap. ¡Bay Bay! ARIGATO.

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